El
período Neolítico es la etapa prehistórica que se desarrolla desde el año 7000
a.C. hasta aproximadamente el año 3000 a.C., donde el hombre ya conoce el
fuego, viste su cuerpo, aunque ahora va reemplazando progresivamente los cueros
por tejidos, ornamentando su figura con collares, ajorcas y brazaletes, y
construye sencillas viviendas.
Esta es la etapa de la piedra pulida, y en la que el
hombre elige el sedentarismo como forma de vida, al crear técnicas para el
cultivo de los suelos, y la domesticación de animales que le aportaron carne y
leche.
El
neolítico ha estado tradicionalmente asociado a los orígenes de la agricultura,
a la vida sedentaria y al uso de la cerámica y de instrumentos de piedra
pulimentada. Sin embargo, en la actualidad se sabe que algunos de estos rasgos
son anteriores a esta etapa. La cerámica hizo su aparición en Japón hace 16.000
años y en Australia se han encontrado útiles pulimentados con una antigüedad de
32.000 años. Incluso durante el neolítico estas características no siempre
aparecen de forma conjunta. Por ejemplo, en el Oriente Próximo la producción de
alimentos fue anterior a la aparición de la cerámica, lo que ha dado origen al
término de neolítico precerámico.
No obstante, el vocablo neolítico sigue en uso
en algunas partes del Viejo Mundo. Sus inicios se centran en el VII milenio en
el Oriente Próximo y tiene su fin en el II milenio en Europa septentrional
dependiendo del comienzo de la utilización del cobre.
En el neolítico se produjo la aparición de los primeros poblados con casas edificadas con diferentes materiales, en diferentes partes del mundo: casas de adobe en el Oriente Próximo y de grandes troncos de madera en Europa central y occidental por ejemplo. En Jericó, el neolítico precerámico coincidió con la construcción de una monumental muralla de piedra.
En el neolítico se produjo la aparición de los primeros poblados con casas edificadas con diferentes materiales, en diferentes partes del mundo: casas de adobe en el Oriente Próximo y de grandes troncos de madera en Europa central y occidental por ejemplo. En Jericó, el neolítico precerámico coincidió con la construcción de una monumental muralla de piedra.
Pero
quizá el poblado neolítico más extraordinario sea el de Skara Brae en las islas
Orcadas, cuyas casas y su mobiliario (incluidas alacenas, aparadores y camas)
están realizadas con losas. La cerámica, producto del desarrollo natural de
pueblos sedentarios, fue ampliamente utilizada. El cultivo de cereal y la
domesticación de animales, como vacas, ovejas, cabras y cerdos, fueron
resultado no de un brillante descubrimiento, sino de la necesidad causada por
la presión demográfica. La minería también hizo su aparición en el neolítico.
Bibliografía:
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